Admiro a los héroes solitarios
que no necesitan a nadie
para compartir sus vidas
y no conocen más dolor
que el de sentirse héroes,
solitarios héroes,
en un mundo atestado de mediocres
hijos de la generación conforme.
Admiro a esos tipos duros
o a esas mujeres despegadas de todo,
elegantes,
que hacen de su caminar cotidiano
una elección valiente,
mujeres decididas
a mantener su independencia
por encima de todo.
Admiro a las personas
que hacen de sus vidas
una obra de arte.
Admiro a los hombres y mujeres
que reman a contracorriente.
También admiro
a los que hacen de sus miedos
una marca de identidad.
nene, en el poema de shoah hay una errata, creo que es lenguas y no leguas... te leo aunque me calle... un beso...
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No, Cer, en principio no detecto ninguna errata. Gracias por seguirme. Te escribo un mail en breve. Un abrazo.
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